Ojos rojos son los que otean tu oscilación de lucidez deficiente, puesto que es lo único que puedo hacer mientras las sombras acarician mi espalda. La banca fría y variable me es suficiente en estos momentos para acomodar mi aura de tristeza, puesto que te veo paralelamente antes mis lágrimas. Tristeza y melancolía son los fundamentos para paladear aquel licor destilado que con dulzor y dicción me hacen entrega la calma de tu voz.
No importa si ignoras, ya que lo importante es poderte percibir y contemplar, logrando alcanzar tu jubilo achispado, que me provoca cierta impresión en mi sed.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario